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Intento de suicidio nº1

Intento de suicidio nº1

La pubertad fue para mí la época más confusa de todas cuantas recuerdo. Un momento en el que nada está donde tiene que estar dentro de tu propio cuerpo, y todo lo que te rodea es como un sueño inquieto del que no hay manera de salir.

Creo que fue en la pubertad cuando pensé por primera vez en el suicidio, no como una solución o una opción, sino como la primera vez que tuve conciencia de que soy capaz de desesperarme hasta el punto de pensar en el suicidio. Fue un momento en el que odiaba todo y a todos, aunque años más tarde aun me pregunto si no sigue siendo así.

En fin, conseguí escaparme de todos aquellos pensamientos nocivos y perjudiciales mediante una vía tan rápida y efectiva como cualquier droga ilegal: la literatura.

En la transición de la pubertad hacia la adolescencia, si es que existe una línea divisoria, descubrí el placer de leer...por placer. Como mandan los tópicos, comencé con una novela cumbre para todo desquiciado que odia lo que le rodea: "El guardian entre el centeno" de J.D.Salinger. Fue como abrir una escotilla y respirar aire puro, que no ha sido tocado por nada ni nadie. De pronto, dejé de sentirme sola y mirar a la gente con desconfianza. La soledad solo era una opción que había escogido, y había desde luego mucha más gente perdida, en el sentido literal de la palabra, por el mundo. Y algunos de ellos incluso escribían libros.

Así que se convirtió en mi primera terapia de choque, cuando yo nisiquiera sabía lo que era una terapia. A este le siguieron muchos otros, por épocas, en cada momento de mi vida he necesitado cierta clase de droga literaria o cierta otra. "Los subterraneos" de Kerouac cuando me sentía hastiada, "Alicia en el país de las maravillas/A través del espejo" de Carroll cuando tenía ganas de soñar, "Cien años de soledad" de G.Márquez me enseñó una manera diferente de relatar, "El país de las últimas cosas"de Paul Auster, "Pulp" de Bukowski me hizo soltar mil carcajadas, "De que hablamos cuando hablamos de amor" y la crudeza de Carver para explicar cosas sumamente difíciles de entender.

Por eso la literatura es mi intento de suicidio nº1. Me salvó de ello.

5 comentarios

Sergio -

De McCarthy puedes comenzar por lo último, 'La carretera'. Te recomiendo que tengas una botella de agua en la mesilla mientras lo lees: da sed.
De Lobo Antunes puedes empezar por donde quieras. Todo lo que ha hecho es absolutamente maravilloso, aunque lo que más me ha gustado a mi han sido sus Libros de crónicas y La muerte de Carlos Gardel. El tratado de las pasiones del alma también es una pasada... No lo dejes escapar y hazte con una copia de algún disco de Chet Baker o del mismísimo Charlie Parker mientras lo leas. Será un buen rato, seguro. Beso.

sergio -

De vuelta. Mejor dicho, con algo más de tiempo. Los referentes literarios de una época de tu vida son una forma de tratar de entender por qué pensabas de una manera en concreto en un momento determinado. Un juego interesante. Y por lo que veo eras bastante heterogénea en tu inocente juventud. A mi siempre me gustó leer, pero creo que he aprendido a leer ahora, a mis tristes 28. Cuando tenía 18 leía a Salinger o a Carver, pero no les saboreaba, porque lo que buscaba era verme a mi. Ahora acabo de terminar de releer Catedral y te aseguro que lo veo de otra manera. Supongo que esa nota de suicidio que me sirve de marcapáginas la escribimos todos en un día no tan nublado como nos parecía... Te propongo un trato: comienza a leer a McCarthy y a Lobo Antúnes y yo prometo leer a Lewis Carrol, mi asignatura pendiente.
Besos!

it's norman bates bitch!!! -

Ufff. Pobrecita, normal que pensaras en el suicidio con lo poco que abundaba la belleza en ti durante tu infancia... Ahora eres un cisne! Ah! y eso de estar encerrada en un armario con una bolsa en la cabeza... pobrecilla,jajajaja. me alegro que hayas encontrado una forma tan positiva de superar tus problemas mentales.
te quiero marta mamamorris!!!
mua

dragonfly -

Me ha entantado tu post, aunque sea tan amargo.

Los libros son muchas veces una salvación. O cualquier otra cosa que nos guste y aparte de nuestra cabecita esos pensamientos tan amargos

un gran gran abrazo

Sergio -

Joder... Ahora no tengo tiempo de ponerte una contestación en condiciones. Luego cuando vuelva discutimos como Dios manda.